Uno de los aspectos fundamentales para el cuidado de personas mayores es intentar en la medida de lo posible la práctica de ejercicio físico. Como sabemos el envejecimiento es un proceso natural que produce cambios corporales y deterioro biológico que puede verse frenado por esta actividad corporal.
En virtud de lo anterior, es fundamental incluirlo en cualquier plan de cuidado de personas mayores, ya que puede mejorar el sistema nervioso, el metabolismo, el funcionamiento del hígado, de los pulmones y riñones, además del corazón. No obstante, para que la actividad sea realmente efectiva debe ajustarse un programa a las necesidades y características especial de cada persona.
Para lograr los resultados deseados, es necesario conocer individualmente su condición física y estado de la salud en general. Uno de las pruebas fundamentales para conocer el estado físico de las personas mayores, es la prueba de esfuerzo con las que se puede medir la capacidad aeróbica funcional.
La prueba de esfuerzo, se trata de un sistema que exponiendo progresivamente situaciones maximales de trabajo aeróbico, permite determinar su capacidad a la hora de la programación del entrenamiento físico. Aunque para ello se deben tener presente también la fuerza, la flexibilidad y el equilibrio de cada persona.
Por otro lado, a medida que el organismo se vaya adaptando al ejercicio físico programado, la capacidad de resistencia va aumentando progresivamente. Algo que también ocurre en edad avanzada, pero de forma más lenta.
Existen diferentes tipos de actividades recomendadas pare el cuidado de personas mayores como la marcha, natación, baile, que son especialmente aconsejados para ayudar a la resistencia aeróbica. Sin olvidar que para que estas actividades se desarrollen con normalidad, debe haber existido un calentamiento previo para la activación de las vías metabólicas entre otras cosas. Con ello estaremos previniendo posibles lesiones.
Es importante ser prudente y tener la capacidad de controlar constantemente la intensidad de los ejercicios que se están desarrollando para evitar efectos contraproducentes.
Nota: Es también importante el control de factores medioambientales, como la temperatura y la humedad de la zona. Para evitar realzar estas prácticas con factores que puedan suponer un riesgo añadido para la aparición de lesiones.